sábado, 2 de junio de 2007

Relato: "Entre dos mundos"




Relato: "Entre dos mundos"

Marta descuelga el teléfono y dice:

---¿Diga?

-- Soy Carolina, mira no te puedes imaginar la locura que estoy a punto de cometer, voy a ir a hacer una entrevista por mi trabajo de periodista al Castillo de Nervone en el límite entre España y Francia, por los Pirineos y estoy muy nerviosa porque en ese castillo suceden cosas muy raras.

---¿En serio Carolina?, je,je,je, ¡¡ qué fuerte ya me contarás !!

---Bueno, estoy haciendo la maleta, que dentro de poco me tengo que marchar, deséame suerte...

---suerte y buen viaje

---gracias, chao.

Cuando Carolina toca el timbre del Castillo del Nervone, sale a recibirla el dueño del castillo, el señor Daniel Sorpen, que le dice que ha llegado muy puntual para la cena que tienen prevista y que encantado de conocerla y que pase gustosamente.

A Carolina le parece un hombre muy educado y atento, pero tiene una mirada muy penetrante que la pone nerviosa y la intimida. Recorren numerosas habitaciones del castillo que le impresionan bastante a Carolina por su decoración de estilo medieval y porque allí dentro se sentía algo muy raro, pero que era dificil de explicar a priori.

El señor Sorpen la invita a sentarse en un sofá de color beis y él se situa frente a ella y le dice que antes de pasar a cenar, le va servir una copa de vino. Carolina acepta, pero no puede evitar estar incómoda por la mirada del señor Sorpen fijada en ella. Ella se interesa sobre los detalles del castillo y le pregunta si las reliquias que hay en su interior son simples imitaciones o de lo contrario, son auténticas.

El señor Daniel, responde con una carcajada, que todo es auténtico y en ese instante Carolina manteniendo la sonrisa empieza a marearse cada vez más, lo cual le parece muy extraño, porque solamente había bebido una copa de vino y empieza a sospechar que tal vez el señor Sorpren algo le ha debido poner en la copa junto al vino, hasta que cae desmayada sobre la gran alfombra del siglo XII derramando algo de vino sobre ella.

Al despertar Carolina de su profundo sueño, no sabia con certeza cuanto tiempo había transcurrido desde que se cayó, todavía permanecia en el suelo, pero ahora estaba en otra habitación o eso parecia, porque todo era muy distinto, era similar a una bodega y no podía mover tan sólo un músculo de su cuerpo. Que clase de droga había ingerido que allí en aquella posición en su estado o situación Carolina se encontraba entre la vida y la muerte, como si estuviese entre dos mundos, el nuestro y cerca del más allá. Ahora el tiempo era un factor que jugaba en su contra, porque la vida se le escapaba por momentos. Pensó en todo lo interesante que le quedaba por realizar en la vida, en aquellas cosas que no le había dado tiempo, tal vez el aferrarse fuertemente a estos sueños le diesen la fuerza suficiente para seguir con vida el tiempo necesario para burlar a la muerte.

Marta estaba muy preocupada, tras 72 horas no tenía noticias de su amiga Carolina y dadas las extrañas circunstancias que le relató antes de su viaje al Castillo de Nervone, decidió ir en su ayuda.

El señor Sorpen se alejaba del Castillo subido en un Saab azul marino, cuando Marta escondida en las inmediaciones y acuclillada contemplaba en silencio.

Marta forzó una de las ventanas exteriores y saltó al interior del castillo agazapada. Le temblaban las piernas, nunca antes se había enfrentado a una situación así, con la adrenalina disparada sobrellevaba el miedo en aquel Castillo sóbrio.

Mientras Marta se situaba en aquel tenebroso y grande Castillo en busca de Carolina, ésta se debatía entre esos dos mundos, la vida y la muerte, donde vió pasar los mejores momentos de su vida y donde por un instante una luz blanca impactó sobre ella, pensando que era aquel ángel de la guarda del que todos los moribundos hablaban antes de dar paso a ese, el otro barrio, se desvaneció, pero pronto despertó y un hombre de aspecto robusto y bien vestido con una gran lámpara de aceite en su mano derecha, procuró reanimarla y hacerla volver a éste, el mundo de los vivos...

---¿Señorita?

Ella despertó de aquel pequeño desvanecimiento que le había trasladado a un mundo nuevo, triste y lleno de personas desconocidas y nuevas para ella, personas pálidas. Aquel hombre de aspecto robusto y con guantes negros insistía.

---¿Señorita se encuentra bien?, soy Borja el mayordomo del Castillo.

---Sorpen me dió algo de beber y no recuerdo nada más---dijo ella atemorizada

Borja salió de la bodega corriendo al escuchar el sonido de las llaves fuera de la casa y llevando una botella de vino en su mano izquierda sujetada por su guante negro.

En ese momento el señor Sorpen entró en la casa encontrándose a Marta sin previa explicación. Marta le dijo que la puerta estaba abierta y que ella entró al haber llamado y no escuchado nada. El señor Sorpen dijo que era muy raro, que él juraría que había cerrado la puerta antes de marcharse y preguntó el motivo de la estancia inesperada de Marta en su casa y ella contestó que preguntar si su amiga Carolina había estado allí. El señor Sorpen dijo que ciertamente estuvo y se marchó e inmediatamente le sirvió una copa de vino y como la botella se había vaciado se fue corriendo a la bodega dejando a Marta sola.

Marta se acercó la copa a los labios, pero estando allí ahora en intimidad se fijó en que encima de una mesa que tenía grabado el dibujo de una tortuga, estaba el bolso blanco de Carolina y cogió Marta su movil y llamó a la policia:

---¿Oiga, Policia, vengan de inmediato al Castillo de Nervone?.

Y entonces un hombre con guantes negros en las manos, le dió a Marta un golpe por detrás en la cabeza con una botella de vino, perdiendo ella el conocimiento de inmediato.

A los diez minutos la policia forzando la puerta principal entró en el Castillo y solamente encontró a tres personas en él, Carolina semi-inconsciente que luchaba por salir de entre aquellos mundos, por otra parte estaba Marta tumbada en el suelo, movil en mano y con la cabeza ensangrentada y por último observaron que había un hombre, por su aspecto no podía ser ningun otro que el señor Daniel Sorpen con una botella de vino manchada de sangre y ante tal escena, la policia viendo con claridad lo ocurrido, decidió llevarse esposado al señor Sorpen hasta la comisaría,donde le esperaría un duro e intenso interrogatorio que lo llevaría directo a la prisión.

Una semana después cuando Carolina y Marta estaban totalmente recuperadas y tomando un café tranquilamente. Carolina le habló a Marta del mayordomo Borja que le había salvado la vida y Marta le negaba constantemente que en el Castillo de Nervone hubiese alguien más, por lo que Carolina llegó a dudar también si realmente Borja existia y era un espíritu que vagaba por el castillo y que por su estado entre dos mundos solamente ella había tenido el "don" de visionarlo.

Marta hojeando un periódico de la cafetería dijo:

--- mira aquí viene una fotografia del señor Sorpen en la puerta del Castillo justo en el momento de ser esposado por la policia.

Y Carolina observando la fotografia en blanco y negro muy sorprendia y casi enmudecida dijo:

--- Este hombre de la ventana del Castillo es.... ¡¡¡ Borja !!!

FIN

THE END


Autores:

Carlos Díaz Ruíz (Málaga en el corazón)
Yolanda M. (Hablando con las estrellas)

No hay comentarios: