sábado, 2 de junio de 2007

Relato: "La llave"





RELATO: LA LLAVE:

Don Javier estaba contemplando el fuego de la chimenea mientras se atusaba su barba rubia, estaba sentado en su butaca preferida fumando en pipa como de costumbre e hizo llamar a sus tres hijas a su salón. Lidia con 22 años era la mayor, la seguía Paula con 20 años y Cristina era la más pequeña que ese mismo día cumplia 18 años. El padre dijo:--- "hijas mias estaba esperando desde hace muchos años que llegara este día, en el que Cristina cumpliera su mayoría de edad y hoy que se ha cumplido mi sueño le entrego como regalo de su dieciocho cumpleaños esta llave, que abre en esa pared (que simula una falsa estanteria con libros) un pasadizo secreto del que nunca os he hablado antes".

Cristina con mucho asombro pero llena de ilusión y alegría recoge la llave que su padre le ha regalado y se dirige hacia la estantería y observando con mucho detenimiento el más mínimo detalle se da cuenta de que debajo de su retrato hay un pequeño orificio, por el que parece que puede caber la llave y al introducirla y girarla no atina a la primera a abrir la puerta y es entonces cuando se vuelve, mira al padre, respira hondo y vuelve a intentarlo, en ese instante se le cae la llave al suelo y Lidia le pregunta a Cristina si necesita su ayuda y Cristina responde que no, con la cabeza y muy concentrada vuelve a la tarea, pero ahora muy segura y chapó, la cerradura cede y la pequeña compuerta se abre, dejando entrar mucho polvo y algo de olor a humedad.

Tras la puerta al otro lado aparecieron unas sencillas escaleras de hormigón que bajaban y cuyo final no era visible. Descendieron por ellas hasta llegar a una zona cubierta de agua, entonces su padre les dijo:


- Esta es la entrada a una cueva subterránea


- ¿Pero si solo hay agua? -dijo Paula


- Cielo es una entrada acuática, pero para eso he traído estos trajes- dijo mientras sacaba tres trajes de neopreno de un maletín plateado.


Se pusieron los trajes y cuando iban a meterse en el agua, Cristina preguntó:


¿Padre no nos acompañas?


No cariño, quiero que vosotras disfrutéis el momento a solas.


Ellas se metieron en el agua y tras unos minutos llegaron a la zona seca de la cueva, donde había un pasadizo y al fondo del mismo se veía luz, las tres se miraron y se adentraron en el pasadizo.


La luz que contemplaban procedía de antorchas que se sujetaban a ambos lados en las paredes, las tres caminaban con la mirada fija en el final de aquel extraño tunel, por fin llegaron a una parte donde el pasadizo se ensanchaba y había una puerta, Paula se adelantó y abrió la puerta, las tres miraron hacía el interior intrigadas. Asombradas por el contenido, la habitación tenía las paredes cubiertas de cuadros preciosos con imágenes de ninfas y hadas, había varios retratos de su madre. A un lado del cuarto llamaba la atención un gran baúl de madera con una inscripción en su parte superior grabada con fuego, donde se podía leer: " "Quid pro quo" (una cosa por la otra), lo abrieron y dentro de el había recuerdos de su madre (vestidos, joyas, fotografias y documentos antiguos). Cristina dijo:- mirar allí hay otra puerta, se dirigieron hacia ella la abrieron y se sorprendieron al encontrarse ante ellas un maravilloso jardín con plantas exóticas y una hermosa cascada.


Se sentaron a un lado de la cascada, aquel lugar era un regalo por la tranquilidad, un sitio en el que evadirse de la velocidad del mundo en que vivimos, y además mantenía la ilusión que perdemos al hacernos mayores, ya que siempre tenías la esperanza de ver una de esas hadas que su padre había plasmado en sus cuadros.


FIN


THE END


Autores:
Carlos Díaz (Málaga en el corazón) Noelia del blog (Y tú que te cuentas)

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