Calidad de vida

Mi tonalidad de piel en pleno mes de marzo, ya casi abril, no es algo que me preocupe mucho, si alguien me dice que estoy muy blanco, simplemente me río pensando que es una persona muy superficial y le digo que mire para otro lado si le molesta tanto. En verano estar moreno sí tiene más sentido, pero en el resto del año me da igual. Además si me topo con la mujer de mi vida, le tengo que gustar peinado, despeinado, moreno y sin haber tomado el Sol. Sin embargo, hace dos días me apeteció tomar un poco el Sol y anoté mentalmente en mi lista de cosas pendientes pasarme cuando tuviese tiempo por la playa.

Hoy hemos estado en un chiringuito junto al mar, comiendo una paella y nos hemos sentado en una de las cafeterías de por allí, que tiene sillas y mesas de mimbre y yo suelo practicar uno de mis deportes favoritos que consiste en estirar las piernas y olvidarme de todas las preocupaciones.

Al llegar a casa y mirarme en el espejo, me ha llamado la atención que se me ha pegado el Sol y he traído algo de color, je,je,je, sin haberme dado cuenta ya he cogido tonalidad y se puede decir que queda tachado de la lista otra tarea más.

Las fotos las he realizado en el paseo marítimo que hablo, que incluso hay máquinas iguales a la de los gimnasios, para que puedas ponerte en forma sin coste económico y a la vez coges bronceado y estás relajado mirando el mar y escuchando el rompeolas.