miércoles, 12 de marzo de 2008

Segway






Más de una vez en pleno dolor de pies me he planteado tener un segway para poder seguir desplazándome tranquilamente y sin esfuerzo. En el Museo del Prado eché mucho de menos el segway, porque con tantos cuadros y tantos metros cuadrados para recorrer, mis pies ya no podían más. Los dos cuadros que más me gustaron, fueron la Venus del espejo de Velázquez y el fusilamiento de Torrijos de Gisbert. La utilización de los colores blancos que hace Velázquez, para dar sensación de luminosidad es impresionante, es como si la parte más importante de cada cuadro, estuviese iluminada con un gran foco de luz, por otra parte los pliegues de las sábanas confieren más realismo al cuadro y por último al ver el cuerpo de la modelo, piensas que Velázquez fue muy afortunado al poder pintar a una mujer tan guapa. En el cuadro del fusilamiento de Torrijos, no encuentro grandes diferencias entre una fotografia y el cuadro, cada detalle por detalle, están plasmados en el cuadro, que por cierto es enorme y este hecho causa mucha más impresión. En el horizonte se aprecian los montes de Málaga y la iglesia del Carmén. Me cautivaron las miradas de preocupación de Torrijos y sus compañeros enfrentándose a la muerte.
Mis gustos son más de pintura impresionista, pero me gustó el Museo del Prado, más de lo que me esperaba. De la pintura impresionista, el cuadro del puente japonés de Monet es uno de mis favoritos, que por cierto, os he puesto también otro que pintó cuando tenía catarata. A Monet le amenazaba la ceguera, siguió pintando hasta el último día de su vida, murió a la edad de 86 años.El gran amigo de Monet, Renoir hacia el final de su vida aquejado de reumatismos, acabó por trabajar con pinceles atados a su muñeca, porque tenía los dedos paralizados, murió a la edad de 78 años. Tiene que ser terrible que un pintor no pueda usar sus manos, o que se vaya quedando sin visión.

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