Junto a mi ventana

Ella es una compañera inseparable, todas las noches viene a visitarnos, siempre fiel a su cita, acude cada anochecer a mi ventana verano tras verano y no recuerdo desde cuándo. Esto sucede desde que era pequeña, puesto que la estamos criando, je,je,je. He hecho dos fotografias para mostraros a mi compañera fiel, señoras y señores, os presento amablemente a la salamanquesa, je,je,je. Lo bueno que tiene es que se come los molestos mosquitos. Por cierto, ni son venenosas, ni te escupen, ni tonterías por el estilo, lo único es que si se le cae la cola, se sigue moviendo y tiene la capacidad de regenerarla. Se supone que los insectos se sienten atraidos al cristal de la cocina cuando está iluminada y la salamanquesa aprovecha la coyuntura para cazar y alimentarse. Siempre me queda la duda, de dónde se mete este bicho el resto del año y ¿por qué mi madre le tiene tanto miedo?, cuando ha entrado alguna vez alguna en casa, mi madre se ha podido pasar 10 minutos dándole escobonazos a la cola desprendida, je,je,je y muerta de miedo (y de asco).

He actualizado este post, porque nos hemos encontrado con una lagartija pequeña en la ventana, he puesto su fotografia en primer lugar, que bien nuestra compañera inseparable ha tenido una hija, je,je,je, snif, snif (lagrimillas de emoción).