sábado, 20 de diciembre de 2008

Esperando mi tren


Últimamente me siento como un vagón que se ha descolgado del resto de la locomotora y está a la espera de volverse a reengancharse en otro tren que me lleve raudo y con fuerzas, lo más lejos posible. Pero ahora en mi parada, observo a "amigos" que se van y a corderos convertidos en lobos. Todo sucede por algo, al menos esto es mi consuelo, aunque el habitáculo interior se convierta en una pesada carga y la espera se prolongue.
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Por cierto, en alusión al post que escribí ayer, donde comentaba que me había encontrado 50 euros y fue un día de suerte. Hoy en cambio me han puesto una multa de aparcamiento injusta, porque no había línea amarilla, ni señal que indicara que no se podía aparcar, en cambio el policia ha multado a 20 coches, aludiendo que era un carril de circulación. Yo voy a reclamar la multa, pero no creo que gane, está claro que las cestas de Navidad hay que pagarlas, aunque para ello haya que multar sin ética (mi coche estaba perfectamente aparcado y no molestaba a nadie).

4 comentarios:

María José dijo...

Carlos:
Por casualidad he visto tu blog, me ha llamado la atención el tema de esta entrada. Te seintes como un vagón separado del conjunto del tren.
Precisamente acabo yo escribir una entrada en mi blog Mi Propio Laberinto en la que comparo mi vida con mi viaje en un tren.

Los corderos convertidos en lobo no es lo peor, lo más grave es cuando los lobos visten piel de cordero.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola María José, bueno yo suelo llegar a conocer bien a la gente y para mí nunca son lobos con piel de cordero, puesto que miro mucho el interior, pero aún así, la gente cambia y un rebaño de corderitos se pueden convertir en lobos. Gracias por tu comentario, besos.

María José dijo...

Carlos:
Estupendo que consigas eso.
Pero eso no evita que como bien dices, los demás cambien a lobos.

Te deseo que el próximo año tus ilusiones se vean realizadas.

FELIZ NAVIDAD

Anónimo dijo...

Hola María José, yo como la canción de keane everybody's changing, que viene a decir que todo el mundo cambia, pero que él sigue siendo el mismo. Yo voy cambiando, pero en lo esencial sigo siendo yo, es decir que yo no cambio de la noche a la mañana como ciertas personas que se convierten en lobos, je,je,je. Gracias por tu comentario. Besos