domingo, 18 de septiembre de 2011

Cuando toqué un delfín


En el año 2003 cuando estuve en “Selwo Marina” toqué un delfín lo hice antes de percatarme del letrero de prohibido tocar a los delfines, metí la mano dentro de la piscina y un delfín vino a jugar conmigo y se dejó tocar. Posteriormente por megafonia explicaron que no se podía tocar a los delfines porque son proclives a coger infecciones con facilidad y con el contacto con nuestras manos les podíamos transmitir enfermedades (hay que ducharse antes de entrar a la piscina). Dijeron que la hembra no se dejaba tocar y que había que ser una persona muy especial, por lo que me sentí muy orgulloso, porque me llevé un regalo muy especial, me sentí tan feliz como un bebé cuando se chupa un dedo. Los delfines tienen una piel dura como el plástico, al tacto es similar a tocar una tabla de surf. Ahora mi sueño sería poder nadar con ellos como se observa en la imagen. Cuando llegue ese día estaré muy limpio.

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