miércoles, 21 de marzo de 2012

Mundo cambiante


Cuando era pequeño me hacían rezar el Padre Nuestro todos los días al llegar al colegio y un buen día nos dijeron que lo habían cambiado para que en todos los países de habla española se rezara el mismo Padre Nuestro. Claro, como yo me lo había aprendido tan bien, hasta hoy día me viene a la cabeza el antiguo. Cuando nos dicen que algo nos los tenemos que aprender como el Padre Nuestro, no es una frase baladí.

Luego nos cambiaron la talla de los zapatos, que por lo que se veía, España tenía una talla menos que el resto de Europa y era mucho más interesante adaptarse a una talla única Europea y de pronto es como si a todo el mundo nos hubiese crecido una talla el pie. Si tenías un 42, pasabas a un 43 y si olvidabas este pequeño detalle en el momento de pedir el par de zapatos en la zapatería, posteriormente tus pies se encargaban de recordarte que te estaban muy pequeños.

Otro cambio fue la llegada de la moneda única o el euro, que de un día para otro había que adaptarse rápidamente de contar en pesetas, a tener que hacer los cálculos del coste de cualquier artículo cuyo precio estaba en euros a pesetas.

Todos los años cambiamos la hora dos veces, con la excusa del ahorro. Ahorro que está demostrado que si vives en Suiza es cierto que se ahorra, pero si vives en España es todo lo contrario, se consume más electricidad, pero para no llevarle la contraria al resto de Europa, España cambia la hora.

En Canarias y en Portugal hay una hora menos que en la península española, pero Galicia está pegada a Portugal y en la misma latitud, por lo que para adaptarse al resto de España sale perjudicada también, en teoría debería de tener una hora menos.

He perdido la cuenta de la cantidad de cosas que han cambiado o que han sido de cambiadas por obligación, por ejemplo, nos impusieron la TDT o televisión digital terrestre y todo el mundo tenía que comprarse un adaptador para ver la televisión o comprarse una televisión con TDT incorporada. Te gustase o no, no había más remedio y yo guardo todavía una televisión Grundig con más de 30 años que funcionaba, pero que la TDT obligó a jubilarse, porque no merecía la pena gastarse un dineral en una TDT especial para ella.

El IVA nos lo subieron y ya se hace uno a la idea que bajarlo nunca lo harán, pero que subirlo lo pueden subir cuando quieran.

Prohibieron fumar en lugares cerrados y públicos y esta medida sí me gustó, porque ya me había hecho a la idea que siempre que entrase a un bar me tenía que convertir en fumador pasivo a la fuerza.

El mundo seguirá cambiando y muchos de los aparatos que nos rodean se deteriorarán a corto plazo por la obsolescencia programada, pero esperemos no permanecer impasibles ante tanto cambio.

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